Dessiree's CBAC–En Espanol!

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Very excited to bring you the story of Dessiree’s CBAC from Mexico.  Dessiree is a member of ICAN of Queretaro, Mexico and her CBAC story was written up on Amormaternal, in an interview conducted by Louma.  The direct link to the interview can be found here (reprinted with permission on the ICAN Blog).  Directly underneath the story written in Spanish, you will find an English translation done by ICAN of Queretaro Chapter Leader Nuriyah Costa-Laurent Jassan.  Enjoy!

Casi un Parto Vaginal después de 2 Cesáreas – PVD2C

Hace poco más de un año, conocí a Dessy a través de Twitter. Coincidimos muchas veces en esta red social de 140 caracteres y tuvimos muchas pláticas acerca de lactancia materna y de parto natural. En esa época, Dessy se encontraba al inicio de su tercer embarazo, y se preparaba para una tercera cesárea. Tras varias conversaciones y largas lecturas de su parte, algo en ella cambió. De eso vamos a hablar hoy, en la entrevista que me ha concedido para Amor Maternal, dentro del marco de la celebración de la Semana Mundial del Parto Respetado.

Dessy es madre de 2 preciosas niñas, Priscy, de 11 años y medio, y Pame, de 9 años de edad, ambas nacidas por cesárea. JP, el más pequeño de la casa, ha tenido un nacimiento bastante diferente al de sus hermanas. Dessy está casada con Alberto, su novio desde los 16 años y viven con sus 3 hijos en México.

  • Tus tres hijos nacieron por cesárea, ¿cierto? Según he leído, algunas madres que han tenido cesáreas sienten que les han robado el protagonismo en un momento muy importante de sus vidas, ¿Qué sentiste tú? ¿Fueron necesarias todas?

Asi es, tengo 3 cesáreas. En mi caso, más que protagonismo, sentí que me quitaron lo que era mi derecho, mi libertad de parir. Siempre me ha gustado todo lo natural, o más bien ir de la mano con mi naturaleza. Durante el primer embarazo me preparé con clases de yoga para parto, caminaba mucho, tenía una alimentación sana etc. En el 5to mes de embarazo conseguí el médico con el que me seguí atendiendo durante los años siguientes.

Mi fecha probable de parto era el 1 de noviembre. Un mes y una semana antes, el día de mi Baby Shower tenía mi cita y me comenta el doctor que la placenta estaba muy madura, que había poco liquido y que de continuar así me harían cesarea. Recuerdo que me pasé el día llorando, toda la tarde triste mientras que mis tías y mi mamá estaban con el festejo. Me sentía incluso mal de no estar completamente presente en la celebración. A partir de ese día mis contracciones de Braxton Hicks – que ahora dudo lo fueran – se volvieron más constantes. Un día antes de mi cita con el doctor, es decir, la semana siguiente, estaban cada 58 seg.

Fuimos a la cita a las 10 de la mañana, me examinó, puso un monitor al bebé y nos dijo que había la posibilidad de que por el estrés, me pusiera en trabajo de parto al irme a casa y que la falta de líquido haría que mi bebé sufriera y yo sabía cuáles eran las consecuencias de eso.

Quisiera hacer una pausa, para comentarles un error muy grande que cometí, mi confianza ciega en el médico, por lo que yo no le cuestionaba nada, creia al 100% en él y en sus consejos, además tenía muy pocos conocimientos acerca del parto en ese momento de mi vida.

Ese mismo día nació Priscy, yo estaba amarrada de los brazos por una reacción de la anestesia, recuerdo la plática del doctor y su ayudante, quienes no dejaban de hablar de ellos y sus familias. Cuando nació la nena, la acercaron a mí ya limpia, apenas le vi sus pies, no recuerdo su carita en ese momento y aún me da tristeza saber que sólo toqué sus pies, sus deditos y no la volví a ver hasta el día siguiente. Su papá salió con ella a enseñarla a su familia pues el pediatra se lo ofreció, jamás me miró para ver si quería al menos estar un rato más con ella. Ahí me quedé sola, escuchando a los doctores hablar, sin bebé, sin saber qué seguía y cuándo la vería de nuevo, partida en dos.

Ya en la noche, en la habitacion, mi marido iba y venía con videos de ella y yo me moría de ganas de tenerla ya conmigo. Fue doloroso saber que mi niña era cuidada por otros, sin haber verdadera necesidad. Nació 4 semanas antes de término, permaneció 5 horas en incubadora y su lactancia fue muy difícil.

Con Pame fue diferente. Todo el embarazo supe que sería cesárea, no me preparé para un parto pues en una ocasión el médico nos dijo: “La mujer perdió su posibilidad de parir el día que el ser humano se puso de pie, además para qué quieres batallar, vas a tener a tu bebé bonita con la cabeza redondita sin sufrir nada.”. Cuando se lo planteé, mi marido puso cara de ¿? y después le vi la esperanza en el rostro, pero era definitivo y yo creia que el médico tenía razón. De nuevo los mismos dos errores de mi parte: confianza ciega e ignorancia . Un 10 de enero nació ella, en medio de un cólico renal que me puso alerta a las 37 semanas de gestación, en la segunda innecesárea de mi vida. Esta vez el pediatra le dijo a mi marido: “No, la bebé es de su mamá y no se saca [del quirófano], primero estará con ella.”. Fueron sólo unos pocos minutos pero para mí fueron suficientes.

  • Y luego en mayo, te enteraste que esperabas a tu tercer hijo. ¿Qué cambió dentro de ti? ¿Estabas resignada a tener una nueva cesárea o querías intentar un PVDC? (Parto vaginal después de cesárea)

Sí, en mayo supimos del bebé en camino, es nuestro regalo definitivamente, pensábamos tener otro hijo pero nunca pusimos fecha. Sólo lo decíamos entre nosotros dos, decidimos que era el momento, pero fue cuando Dios quiso. Este embarazo fue muy bello, los 4 en casa lo gozamos mucho, siempre llena de energía y feliz.

Si estaba resignada como dices, hasta que supe que había la posibilidad, que otras mujeres lo intentaban con éxito (por ti de hecho) me dió un rayito de esperanza, investigué un poco al respecto y al final del 4to mes le dije a mi doctor que quería intentarlo. Nos puso la situación de un modo que me quitó toda esperanza de lograrlo. Quería dejar ese tema de lado y así lo hice durante algunos meses pero algo dentro de mi (quizá mi bebé) me decía que no desistiera del tema. Contaba con el apoyo total de mi pareja, estaba segura de que mi cuerpo podía, así que decidimos hablarlo nuevamente con el médico; esta plática la empezó mi marido, le decia: “…y si ella esta empeñada en que sea parto, ¿contamos contigo?”, el doctor contestó que no, que él no se arriesgaría, que podía romperse el útero y en fin todas esas cosas que aquellas que han intentado un PVDC sabemos bien.

Nos dio cita para el mes de enero y quiso fijar fecha para la cesárea antes del 21, la fecha probable era 2 de febrero y mi marido y yo estábamos muy ilusionados, con que así fuera. Dentro de la resignación, era la fecha queríamos. Otra cosa que no salía bien 🙁

Una de esas noches, después de haber visto muchos videos de PVDC y partos respetados, antes del 14 de enero, estaba sola en el baño y comencé a llorar desesperadamente, era un llanto que sacaba un sentimiento extraño, de abuso, de que te roban algo. Lloré mucho sola, recordé mis cesáreas, me vi sola en la sala de recuperación, sin mis niñas. Al día siguiente se lo conté a mi esposo con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta y me dijo: “Vamos a buscar quien sí, yo estoy contigo, sé que puedes y vamos a hacer lo que haga falta.”

Esta de más decirles que sin ese apoyo no hubiera ni siquiera podido pensar que podría lograrlo…

  • ¿Y dónde encontraste el apoyo para cambiar tu decisión?

En mi marido, en mis amigas, muchas de las cuales conocí a través de Twitter, como a Isha, a Ada y a ti. Es curioso cómo algunas huyeron cuando más las necesitaba, gente que decía ser mi amiga de corazón a pesar del poco tiempo de conocernos, también en gente que no conocía y llegué a querer mucho, con ese cariño de las mamás que me decían que sí se podía, otros amigos que me echaban porras diario y preguntaban cómo iba el embarazo. Es increible como sentía a tanta gente a mi lado aunque ellos no lo supieran, y se convirtieron en mi familia a partir de entonces.

También a la gente de El Parto Es Nuestro y la lista de Apoyo Cesáreas que me tendieron la mano. Es bonito e indispensable rodearse de gente positiva que te dé ánimos y fe en ti misma para lograrlo y que la gente negativa o los comentarios bien intencionados no te afecten.

El medico que me atendió fue el doctor Alejandro Calanda. Aquí en mi ciudad es de los pocos que apoyan el parto natural y respetado en el sector privado, así que lo consulté y tanto mi marido como yo estuvimos más seguros y tranquilos, nos aconsejó tomar clases de preparación al parto. Fueron de mucha ayuda y me dieron mucha confianza para seguir. Fue una pena no tener una doula pero tuve a mi lado a un apoyo maravilloso, mi marido no se separó de mi y fue una especie de anestesia.

  • ¿Qué lecturas o recursos recomendarías a otras mamás, bien sea aquellas que planifican una cesárea, sea electiva, necesaria o no, y aquellas que quieren un parto natural o parto natural después de cesárea?

Ver muchos videos de parto y observar lo que sucede. Como recursos, recomiendo dos libros maravillosos: Parto sin dolor de Consuelo Ruiz y Pariremos con Placer de Casilda Rodrigáñez, para mí fueron una especie de reprogramación – un cambio de chip interior. Prepararse con información sobre el parto en general, olvidarse un poquito de la cesárea y pensar en un parto como meta, también es de mucha ayuda.

Hablar con mujeres que han parido antes y que sepan de partos respetados, mujeres felices con sus partos porque luego es traumatico escuchar historias trágicas. Creo que debemos tener estos círculos de mujeres donde hablemos libremente y con amor de nuestras experiencias para apoyarnos unas a otras.

  • Me comentaste que llegaste muy dilatada al hospital para tu tercer parto, y plenamente dispuesta a parir de forma natural, ¿De cuántos centímetros estabas al llegar y cómo transcurrió el parto?

Empecé el jueves con contracciones sin dolor pero tranquilas, el lunes estaban algo más intensas porque ya tenía cólico y eran algo frecuentes. En la madrugada del martes, el cólico me despertaba y volvía a dormir, a eso de las 7 me levanté y me di cuenta de que el tapón mucoso había salido. Le avisé a mi marido que estaba medio dormido el pobre y creía que teníamos que correr. Rompí la fuente a eso de las 10 am, con cada contracción respiraba y vocalizaba, fue muy lindo.

No era lo que yo esperaba, nos lavan el coco con las películas o soy de otro planeta porque ese dolor de parto es hermoso, al menos para mí lo fue, no es como un dolor de muelas, o de cirugía, es diferente y muy especial.

A las 12 fuimos al doctor y me examinó, tenía 2 cm de dilatación y me regresé a casa dónde seguimos con las contracciones. Al llegar deberían ser de unos 6 cm porque en el chequeo fueron 7 cm y antes de ir a quirofano llegué a los 9 cm. Salí de casa con contracciones cada 3 minutos. Mientras estaba en la casa, mis niñas me besaban entre cada contracción, fueron momentos inolvidables en la familia. A las 5 nos fuimos al hospital, yo iba adelante en el asiento de espaldas al frente del coche porque si me sentaba, el dolor era diferente y molestaba muchísimo.

Entré de pie al hospital, sólo me detuve de una silla de ruedas en la última contracción fuera del cuarto. Pretendíamos que el parto fuera en agua pero al monitorearlo, el bebé no estaba muy bien del todo. De pronto había meconio, aunque las contracciones estaban intensas, yo me sentía muy tranquila, pero era el momento de que este bebé saliera, Ya no podia esperar más y algo dentro de mí me lo dijo, así que ya no traté de negociar con el doctor que me habia dicho que al primer signo de sufrimiento, operaba.

J.P. nació llorando, dejó de hacerlo cuando su papá se acercó y le habló. Nació en una cesárea respetada lo más posible, a pesar de los problemas que tuvimos y justo en el momento en que me lo acercaron y le hablé, abrió por primera vez sus ojos y la impronta me llegó, lo amé aún más de lo que pensaba.

Me doy cuenta que las mujeres estamos preparadas para parir, podemos hacerlo porque nuestra naturaleza esta destinada a ello y no hay motivos para que no sea así a menos de los casos especiales. Jamás le pagaré a la vida la dicha de haber tenido esta oportunidad de sentir mi parto aunque no llegara al final de manera natural. ¡Fue maravilloso cada momento! Fue una gran idea permitir a mi cuerpo hacer el intento. Por cierto la heridas anteriores estaban cerradas por completo, ninguna de las cicatrices de mis anteriores cesáreas se abrió ni medio milimetro durante la labor de parto.

  • A pesar de no haber logrado un PVDC “completo” por llamarlo de alguna manera, intuyo que el haber llegado a “casi parir“, porque estabas ya de 9cm te debe haber transformado, cuéntanos más al respecto…

Sí, pero es una transformación muy linda, soy más paciente, aprendí a darle tiempo a la naturaleza, a respetar los ciclos de la vida, me volví cíclica, descubrí que puedo parir, que somos tan fuertes y poderosas como ese hermoso dolor que fluye con tu cuerpo en un parto natural. Ese horrible sentimiento de abuso desapareció, al fin tuvimos la oportunidad de esperar y de experimentar el don de ser madre desde el inicio del ciclo. Para mí fue hermoso y estoy lista para mi PVD3C pero dentro de unos años que a mi principe azul aún le falta un buen para hacer de las suyas en la casa.

  • ¿Cómo va la lactancia materna? Si pudieras comparar el inicio de la lactancia que tuvieron tus tres hijos, ¿qué diferencias hallas entre ellas? ¿Qué consejos darías a una futura mamá con respecto a la lactancia materna y su relación con el parto, o con una cesárea?

La lactancia va de maravilla, a libre demanda como con las niñas. No tuve problemas salvo en la primera, se dio muy tardía la bajada de la leche, nadie me decía que solía pasar. que fuera paciente, nadie me decía cómo hacerlo porque yo jamás habia visto una madre amamantar a su bebé. Siento que también influyó muchísimo la separación tan grande con mi niña, fue como si me la arrancaran de golpe y no viví ese momento como con su hermana, al menos abrazarla o sentirla cerca de mí. El mejor consejo que les puedo dar es que se escuchen a si mismas, la naturaleza nos ha preparado para saber qué hacer y debemos dejarla actuar, pero sobre todo debemos luchar por el derecho que tenemos, a parir, en un parto respetado, informado y lleno de amor.

  • Vives en México y tienes una asociación que lucha por los derechos de las madres lactantes, Prolacmat, cuéntanos más al respecto.

Sí, en Monterrey, y la creamos mi marido y yo hace unos 10 años. Inicialmente para fomentar la lactancia pero más que nada para apoyarla, darle a las madres ayuda moral, apoyo, pero hemos visto problemas económicos para registrarla. Son muchas cosas que cubrir cuando uno quiere sólo ayudar. Queríamos colocar bancas en los centros comerciales donde las madres pudieran sentarse a amamantar a sus bebés tranquilamente porque yo lo hacía sentada en el suelo a veces ya que si había una banca, las otras personas que estuvieran sentadas, me daban la espalda porque tenia el pecho fuera – y eso debe ser mucho más vergonzoso que traerlos fuera sólo para exhibirlos.

Queríamos letreros para fomentar la lactancia materna, pero en estos meses cambiaron muchas cosas; entre ellas Prolacmat, A.C. Ahora quiero que sea para apoyar a las madres en su embarazo, parto y lactancia. Ya ves, este pequeño ha cambiado también mi forma de pensar. Me di cuenta de tantas dificultades que estoy decidida a luchar porque un día no tengamos que etiquetar si es o no un parto respetado, un nacimiento humanizado o si le das teta a tu bebé dónde y cómo quieres. Después de todo el parto es nuestro ¿o no?

***

Además de madre, Dessy se dedica a dar terapias alternativas para la salud, tales como aromaterapia, Flores de Bach y reflexologia en pies y oreja con acupuntura, hace scrapbooking como hobby y escribe en su blog Inspiration Bleue.

http://www.amormaternal.com/2011/05/casi-un-pvd2c-vba2c.html

English Translation

Almost a VBA2C, Interview by Louma

I met Dessy a little over a year ago through Twitter. We met several times on this 140-character network, and had many talks about breastfeeding and natural birth. At the time, Dessy was beginning her third pregnancy, and getting ready for a third c-section. After several conversations and long readings that she did, something changed inside her. This is what we will talk about today, in the interview she gave me for Amor Maternal, during the Worldwide Week of Respected Birth.

Dessy is the mother of 2 beautiful girls, Priscy, 11 and a half, and Pame, 9, both born through c-section. JP, the baby of the house, had a rather different birth from his sisters. Dessy is married to Alberto, her boyfriend since she was 16, and they live with their 3 kids in Mexico.

  • Your three children were born by c-section, right? From what I have read, some mothers who have had a c-section feel that they have been robbed of their starring role at a very important time in their lives. How did you feel? Were they all necessary?

That’s right, I have 3 c-sections. In my case, rather than stardom, I felt I had been robbed of my right, my freedom to give birth. I have always been into everything natural, or rather, going hand in hand with my own nature. During my first pregnancy, I prepared taking yoga lessons for pregnancy, I walked a lot, had a healthy diet, etc. In the fifth month of pregnancy, I got a doctor whom I kept seeing in later years.

My estimated due date was November 1st. A month and a week earlier, on the day of my Baby Shower, I had an appointment and the doctor told me that the placenta was quite ripe, that the amniotic liquid was low, and that if this remained, they would have to do a c-section. I remember I spent the day crying, sad all afternoon while my aunts and my mom hosted the party. I even felt bad about not being fully there for this celebration. From that day on, my Braxton Hicks contractions—I now doubt that they were that—became more regular. One day before my doctor’s appointment, that is, in the following week, they were 58 seconds apart.

We went to our 10 o’clock appointment, he examined me, placed a monitor on the baby, and told us that it was possible that, because of the stress, I would go into labor when I went home, and that the low level of liquid would make my baby suffer, and I knew what the consequences of that were.

I would like to make a pause here, to tell you of a very big mistake I made: I trusted my doctor blindly, so I didn’t question him at all, I believed in him and his advice 100%. Besides, I knew very little about birth at that point in my life.

Priscy was born that same day; my arms were tied due to some reaction to the anesthesia; I remember the conversation between the doctor and his assistant, as they did not stop talking about themselves and their families. When my baby was born, they brought her close to me all cleaned up. I barely saw her feet; I can’t remember her face at that moment, and it still makes me sad to think that I only touched her feet, her tiny toes, and didn’t see her again till the next day. Her dad went with her to show her to his family, as the pediatrician offered this. He never even looked at me to see if I wanted to spend a little more time with her. I was left there alone, listening to the doctors talk, without my baby, without knowing what would come next, and when I would see her again, split in half.

That night, back in my room, my husband would come and go with videos of her and I longed to have her with me. It was painful to know that my little girl was cared for by others, when there was really no need. She was born 4 weeks early, spent 5 times in an incubator, and nursing her was very difficult.

With Pame it was different. The whole pregnancy I knew it would be a c-section. I didn’t prepare for giving birth, as the doctor said to us one time: “Women lost their possibility to give birth on the day when mankind stood up straight. Besides, why would you want to struggle? You will have your pretty baby with a rounded head without suffering at all.” When I suggested it, my husband got a ?? look, and then I saw hope in his face. But it was final, and I believed that the doctor was right. Once again, the same two mistakes on my part:  blind trust and ignorance. She was born on a January 10, in the midst of a kidney pain that set me on the alert at 37 weeks’ gestation, in the second unnecesarean of my life. This time, the pediatrician said to my husband: “No, the baby belongs with her mother and she doesn’t go out [of the OR]; first, she will be with her.” It was only a few minutes, but to me it was enough.

  • And then in May, you found out you were expecting your third child. What changed within you? Had you capitulated to having a third c-section, or did you mean to try for a VBAC? (Vaginal Birth After C-Section)

Yes, in May we found out about the baby on the way. He is definitely our gift. We were thinking of having another child, but we never set a date for it. We just talked about it among ourselves, decided it was time, but it happened when God chose. This pregnancy was very beautiful. The 4 of us at home enjoyed it greatly, always full of energy and happy.

Yes, I had capitulated, as you say. Until I found out there was a possibility; that other women had tried and succeeded (through you, in fact). This gave me a glimmer of hope; I did some research on it and at the end of the fourth month, I told my doctor I wanted to try. He painted such a picture for us that he took away all the hope I had of even trying. He wanted to drop the subject, and so I did for a few months, but something within me (perhaps my baby) told me not to give in. I had the full support of my partner, I was certain that my body could handle it, so we decided to discuss it with the doctor again. My husband began the talk this time; he told him: “…if she is set on trying to give birth, can we count on you?”  The doctor answered no, that he wouldn’t take that chance, that my uterus could rupture, and all those other things that anyone who has tried for a VBAC are well acquainted with.

He gave us an appointment for January and wanted to set the date for the c-section sometime before the 21st. The estimated due date was February 2 and my husband and I really wanted it to be so. Within our resignation, it was the date we wanted. Once again, things weren’t going well.

One of those nights, after  having watched a bunch of VBAC and respected birth videos, before January 14, I was alone in the tub and I began to cry in despair. These tears brought out a strange feeling, of abuse, of being robbed of something. I cried a lot alone. I recalled my c-sections, saw myself in the recovery room, without my girls. On the next day I told my husband about it with tears in my eyes and a knot in my throat, and he said: “Let’s someone who will. I am with you, I know you can do it, and we will do what it takes.”

Needless to say that, without that support, I couldn’t have even thought that I could do it…

  • And where did you find the support to change your decision?

In my husband, in my friends, many of whom I met through Twitter, such as Isha, Ada, and you. It is funny how some fled when I needed them most; people who claimed to be true friends, even though we had known each other only a short while. Also people I didn’t know and came to love, and that love from the mothers who told me that I could, other friends who cheered me on everyday and asked about the pregnancy. It is amazing how I felt so many people by my side, even if they didn’t know it, and they have been my family ever since.

The people from El Parto Es Nuestro [Birth is Ours, a group of activists in Spain), and the Apoyo Cesáreas list [an email group from Spain offering support in Spanish to those who have had a c-section] who also held out their hands to me. It is nice and necessary to surround oneself with positive people who will encourage you and help you trust yourself to succeed, and keep negative people and well-meant comments from affecting you.

The doctor who attended my birth was Doctor Alejandro Calanda. Here, in my city, he is one of the few who support natural and respected birth in the private sector, so I saw him and both my husband and I felt safer and calmer. He advised us to take a prenatal class. It was great help and filled me with confidence to go on. It was a shame not to have a doula, but I had wonderful support by my side: my husband never left me and he was a sort of anesthesia.

  • What reading materials or resources would you recommend to other mothers, whether they are planning a c-section—elective, necessary, or otherwise—and those who want a natural birth, or a natural birth after a c-section?

Watch lots of birth videos and observe the process. As resources, I recommend two wonderful books: Parto sin dolor by Consuelo Ruiz and Pariremos con Placer by Casilda Rodrigáñez. They served me as a sort of reprogramming—a change of my inner “chip”. Preparing with information on birth in general, forgetting a bit about the c-section, and thinking of a birth as a goal, are also a great help.

Talking to women who have given birth before and know about respected birth, women who are happy with their birth experience, because otherwise it is traumatic to hear tragic stories. I believe we must have these circles of women where we speak freely and with love of our experiences to support one another.

  • You told me that you arrived with good dilation to the hospital for your third birth, and prepared and willing to give birth naturally. How many centimeters were you dilated and how did the birthing go?

I began on Thursday with painless, easy contractions. By Monday they were a little stronger, because I started to feel cramping and they were closer together. In the early hours of Tuesday, the cramping would wake me up and I would go back to sleep. Around 7, I got up and realized that I had lost the mucous plug. I told my husband, who was half asleep, poor man, and thought we had to rush out. My waters broker around 10 am. I breathed and vocalized through each contraction. It was lovely.

It was not as I had expected. Either movies wash our brains, or I come from another planet, because the pain of birth is beautiful—at least, to me it was. It is nothing like a toothache, or surgery; it is different and very special.

At noon we headed out to see the doctor and he examined me. I was dilated 2 cm and I went back home where we kept working through the contractions. When we got to the hospital I must have been around 6 because I was at 7 cm when they checked me, and before going into the OR I was at 9 cm. I left home with contractions 3 minutes apart. While I was at home, my girls would kiss me between contractions. Those were unforgettable moments for the family. At 5 we headed for the hospital. I was in the front seat facing backwards, because if I sat, the pain was different and I couldn’t stand it.

I walked into the hospital, I only held on to a wheelchair through the last contraction outside the room. We were planning a water birth, but when they monitored him, the baby wasn’t doing well. Suddenly, there was meconium. Although the contractions were strong, I felt at peace, but it was time for this baby to come out. He couldn’t wait any longer and something within me told me so. So I no longer tried to negotiate with the doctor, who had told me that at the first sign of distress, he would operate.

J.P. was born crying. He stopped when his dad got close and talked to him. He was born in an as respectful as possible cesarean. Despite the troubles we had, as soon as they brought him to me and I spoke to him, he opened his eyes for the first time and was imprinted in me. I loved him more than I thought.

I realize we women are made to give birth. We can do it because it is in our nature, and there is no reason for it not to be so, except in special cases. I will never be able to pay back life for giving me the chance to experience my birth, even if I wasn’t able to reach the end naturally. Every moment was wonderful! It was a great idea to let my body try. By the way, the previous scars were fully closed. None of the scars of my previous c-sections opened even half a millimeter during labor.

  • Even though you didn’t have a “full” VBAC, to call it something, I get the feeling that having “almost given birth,” because you dilated to 9 cm, must have transformed you. Tell us more about that…

Yes, but it is a very beautiful transformation. I am more patient, I learned to give nature its time, to respect the cycles of life; I became cyclical; I discovered that I can give birth, that we are as strong and powerful as that pain that flows through your body in an natural birth is beautiful. That horrible feeling of abuse vanished. We finally got the chance to wait and to experience the gift of becoming a mother from the start of the cycle. I found it very beautiful, and I am ready to try for my VBA3C, but in a few years, because my little prince charming still has a long way to go and things to do around our home.

  • How is the nursing going? If you could compare the start of breastfeeding each of your children, what differences would you find? What advice would you give a future mother regarding breastfeeding and its relationship with a vaginal birth, or a c-section?

Nursing is going great. On demand, as with the girls. I had no problems, except with the eldest. My milk came in very late. No one told me it does happen, and to be patient. No one told me how to do it, because I had never seen a mother breastfeed. I feel the long separation from my girl also had a great influence. It was as if she had been ripped from me and I didn’t live that moment as I did with her sister:  to at least hold her or feel her close to me. The best advice I can give is to listen to oneself. Nature has prepared us to know what to do, and we must let it act, but above all, we must fight for our right, to give birth, to a respected birth, informed and full of love.

  • You live in Mexico and have a group that fights for the rights of nursing mothers, Prolacmat, tell us more about it.

Yes, in Monterrey, and my husband and I created it around 10 years ago. Initially, it was to encourage nursing, but above all, to support it, give mothers moral assistance, support. However, we have had financial problems to register it. It is a lot of things to consider when all one wants is to help. We wanted to set up benches in malls where mothers could sit and breastfeed their babies in peace, because I used to do it sitting on the floor sometimes, since if there was a bench, the other people sitting there would turn their backs on me because I had my breast out—and that must be much more embarrassing than baring them in display.

We wanted signs to encourage breastfeeding, but many things changed in these months; among them, Prolacmat, A.C. Now, I want to make it so I can offer support to mothers through their pregnancy, birth, and nursing. You see, this little one has also changed my way of thinking. I realized all the difficulties I have decided to fight against so that someday we will no longer have to use tags such as natural birth, humanized birth, or so you can nurse your baby where and however you please. After all, birth is ours, isn’t it?

http://www.amormaternal.com/2011/05/casi-un-pvd2c-vba2c.html

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